Las iglesias parroquiales de los Santos Juanes

Tras la conquista de la Ciudad por las tropas cristianas de Fernando III el Santo, se fundaron seis iglesias en el recinto amurallado (Santa María, San Pablo, Santo Tomás, Santo Domingo, San Lorenzo y San Pedro), y otras cinco en la zona extramuros (San Nicolás, San Isidoro, San Millán, San Juan Bautista y San Juan Evangelista).
Estos templos tuvieron mayor o menor fortuna, conservándose la mayoría de ellos. Sin embargo, existieron tres templos de los que sólo nos quedan el recuerdo: la Iglesia de Santo Tomás Canturiense (más conocida por ser el lugar en donde don Francisco de los Cobos pensó ubicar originariamente su capilla funeraria), y los templos de San Juan Bautista y San Juan Evangelista.
Las collaciones de los Santos Juanes -como eran conocidas popularmente- agrupaban a humildes agricultores. Al igual que ocurría con otros barrios de la ciudad, esta collación tenía su propia línea de muralla reforzada con torreones (desaparecida a mediados del siglo XVII).

Respecto a la Iglesia de San Juan Bautista, a pesar de la importancia que tuvo en la Úbeda medieval, apenas tenemos datos. Hasta su ubicación es dudosa, ya que en 1844 solo existía el solar con sus cimientos. Posiblemente estuviera cerca de la actual Redonda de Miradores, frente a los muros del Alcázar y cerca del Barrio de San Millán.
Desconocemos cómo sería su templo, posiblemente de estilo mudéjar o tardorrománico. Su capilla mayor estaba vinculada a la familia Trillo, existiendo otra serie de capillas en donde se veneraban numerosas imágenes religiosas.
En 1800 se extinguió como parroquia, pasando todas sus imágenes y demás objetos ornamentales a la cercana iglesia de San Millán (a excepción de sus libros sacramentales, que pasaron a la iglesia de San Pablo).

Más datos tenemos de la Iglesia de San Juan Evangelista (también conocida como San Juan de los Huertos). Fundada tras la conquista de la ciudad, este templo románico se alzaba frente a las murallas del alcázar, extramuros, en las proximidades de la Fuente de la Saludeja. Extinguida como parroquia en 1740, pasa a depender de la iglesia de San Lorenzo, lugar a donde van a parar sus escasos bienes artísticos.
El templo debería presentar un aspecto similar al de la Iglesia de Santa Cruz de Baeza, es decir, un templo tardorrománico. La iglesia medía diez metros de largo por seis de ancho, y tenía varias capillas funerarias como la de Nuestra Señora del Rosario o la de San Mateo.
Paseando por la Fuente de la Saludeja, y mirando al horizonte, podrán observar entre la vegetación las ruinas de su cabecera -ubicadas cerca del antiguo matadero municipal, frente a la Puerta de Granada-. Su ábside, junto a un poste eléctrico, está realizado en piedra y presentaba un vano (hoy totalmente desvencijado).
Por desgracia -o para bien de la conservación del templo-, este templo está abandonado y su acceso es prácticamente inexistente, estando rodeado por huertas. Sin embargo, es lamentable el hecho que no se le preste la atención suficiente a estas ruinas que tanto han vivido. Sus 7 siglos de vida posiblemente no aguanten mucho más tiempo. Sería conveniente conservar las ruinas (simplemente consolidarlas, no hacer ningún “experimento patrimonial” al que, por desgracia, nos tienen acostumbrados nuestros políticos), y potenciar su presencia en el paisaje mediante un sistema de iluminación o posibilitando un acceso limitado a las ruinas.
Se tomen medidas o no para su conservación, es importante que todos conozcamos la existencia de las ruinas de San Juan. Es importante no olvidar nuestra propia historia, larga y fecunda, pero más importante es conservar los vestigios de esa historia para Úbeda y la Humanidad.



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