Son muchas las viviendas decimonónicas que se construyeron sobre la muralla de la calle Corredera, hasta el punto de que ésta se convirtió en un auténtico "colador", perdiéndose numerosos tramos y quedando prácticamente oculta (no así por la calle Ventanas, en donde aún se puede seguir su perímetro, aunque en un estado lamentable, con tramos encalados y numerosas grietas).
La reforma de una vivienda en la calle Corredera -llevada a cabo por los hermanos Martos Leiva- ha supuesto la intervención en la parte trasera, procediéndose al saneamiento de la muralla y mejora de algunos elementos arquitectónicos incorporados en ella.
Aquí unas imágenes para ilustrar el cambio, confiando que próximamente sean más los trozos de la muralla que sean limpiados de cal y unidas sus grietas con mortero, para evitar posibles males posteriores.
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