Colegios

Septiembre está marcado en el calendario como el mes de la vuelta al trabajo e inicio de la actividad tras el parón del mes agosto. Se trata del regreso a las obligaciones cotidianas aunque en nuestra ciudad esta vuelta está prorrogada por la Feria de San Miguel (tras cuya finalización se puede hablar verdaderamente del final del verano y de “ponerse en serio” para llevar a cabo los proyectos).
Sin duda, uno de los factores clave dentro del mes de septiembre es el reinicio de los cursos académicos, la popular “vuelta al cole”, que llena las aulas de alumnos y da un respiro a los padres tras un mes entero con sus hijos. También es la época donde las papelerías y las librerías se llenan de madres y padres con sus listas de la compra del colegio, mes de estrenos y de oler a nuevo (los libros recién forrados, el material escolar flamante o listo para su reutilización, etc.), así como de promesas que duran poco (esforzarse mucho, aprender idiomas…). 
Aunque estudiar sea un derecho reconocido por la ley, hasta hace no mucho tiempo prácticamente era un privilegio limitado a escasas personas, siendo muy elevado el nivel de analfabetismo en nuestro país. Durante la Edad Media y Moderna, la formación educativa en Úbeda era bastante limitada, vinculándose generalmente al ámbito religioso. Existe constancia de la existencia de dos importantes escuelas de filosofía (ubicadas en el Convento de San Francisco y San Antonio), así como el Colegio de Santa Catalina de la Compañía de Jesús, donde existían unas escuelas de primeras letras que enseñaban la doctrina cristiana, leer y escribir, y nociones básicas de gramática.
Un duro golpe a la educación en Úbeda se produciría en 1767, año en que se suprime el Colegio de la Compañía (a raíz de la Pragmática Sanción de Carlos III, que expulsaba a los jesuitas de todos los territorios hispánicos), así como por el cierre de los conventos tras las diversas desamortizaciones. Sin embargo, ante la escasez de centros de formación en nuestra ciudad, las aulas de La Compañía volverían a abrir sus puertas tras las gestiones del Ayuntamiento.
A comienzos del siglo XIX, la educación en Úbeda estaba limitada al Colegio de Santa Catalina (que contaba con cuatro maestros) y a una escuela particular donde asistían masificados grupos de alumnos para aprender a leer y escribir. Años más tarde se cerraría el antiguo centro jesuita, surgiendo varias escuelas privadas en donde profesores venidos de fuera enseñaban lo más básico a los niños, obteniendo escasos resultados académicos (quizás acorde con los reducidos ingresos económicos del profesorado). No había escuelas oficiales de niñas, aunque sí existían algunas particulares en donde se enseñaban labores de costura.  
 La situación educativa cambiaría en 1845, año en que se establece el Colegio de Humanidades de la Santísima Trinidad, establecido por Real Orden, y que comenzaría sus clases en octubre. En sus comienzos contaría con 30 alumnos que eran atendidos por cuatro profesores, siendo su director Basilio José de Torres. Desde 1861, las clases serían impartidas por los Padres Escolapios, quienes permanecerían en la ciudad hasta 1920; tras su marcha, los Padres del Inmaculado Corazón de María se harían cargo del centro desde 1925 hasta la instauración de la II República, en 1932. 
En 1895 existirían en Úbeda las siguientes escuelas primarias: la de Gabriel García, con 51 alumnos; la de Justo la Chica, con 168 alumnos; la de Rafael García, con 96 alumnos; la de Enrique Calvache, con 33 alumnos; la de Dolores Piñas, con 112 alumnos; la de Dolores Martín, con 117 alumnos; la de Micaela Boscada, con 108 alumnos; y la de Francisca Carlota García, con 92 alumnos. Un censo escolar bastante deficiente teniendo en cuenta que la población de la ciudad por aquellos años era de veinte mil habitantes.
En 1904 se produce la llegada de las Hermanas Carmelitas, quienes fundan un colegio donde las niñas pobres podían recibir enseñanza gratuita. Instaladas las religiosas en una modesta vivienda donde impartirán sus clases, un año más tarde se trasladan a una nueva casa alquilada a Natividad Ordoñez, viuda de José María Iturralde (localizada en el nº 1 de la calle Antonio Medina) y, finalmente tras muchas vicisitudes, en 1906 pudieron alquilar el antiguo Palacio de los Condes de Guadiana, lugar en donde impartirían sus clases hasta su marcha de la ciudad en 1988.


En 1910, el Ayuntamiento vuelve a insistir en la necesidad de asignar dinero para construir nuevas escuelas, solicitando ayuda al Ministro de Fomento para tal fin. Igualmente, hacia 1912, el Círculo Católico de Obreros solicita establecer una escuela de párvulos dirigida por las hermanas de San Vicente de Paul en un barrio extremo de la población. Por su parte, la profesora María Jesús Carmona Barragán solicitaría la creación de una escuela de adultos, a imitación de otras existentes en la provincia, proyecto al que accede el consistorio costeando parte de los gastos.
 En 1922 se plantea la creación de los Grupos Escolares Nacionales ante el avanzado estado de ruina del Colegio de la Trinidad. Se decide fundar un grupo escolar en el Campo de la Libertad (Explanada), así como otras dos escuelas para niñas localizadas en otros barrios de la ciudad (adquiriendo el Ayuntamiento dos solares, ubicados en el Alcázar y el Cristo del Gallo). Las gestiones para hacer realidad este proyecto las llevó a efecto D. Leopoldo Saro y Marín, a quien se le agradecieron sus gestiones como intermediario ante el Gobierno.
Las obras de los tres centros fueron llevadas a cabo bajo la dirección del arquitecto Antonio Flores Urdapilleta, el contratista Fernando Forcé y los maestros de la localidad Juan Moreno y Miguel Campos Ruiz. Se tratan de tres construcciones idénticas, en estilo neomudéjar,  realizados en ladrillo y piedra, y decoración de azulejos.
Los grupos nacionales de Úbeda han pasado diversas peripecias y transformaciones por el tiempo -que han afectado especialmente a sus interiores-, las cuales incluso han afectado a su denominación: desde 1927 se acuerda denominar Colegio “Virgen de Guadalupe” al de "La Explanada", Colegio “Alfonso XIII” al del "Cristo del Gallo" y Colegio “General Saro” al de "El Alcázar". No solamente se dieron cambios en cuanto a su denominación, sino por sus propias funciones: el Colegio de la Explanada mantiene su función docente con la que nació; por su parte, el Colegio del Alcázar funciona en la actualidad como viviendas sociales; finalmente, del Colegio del Cristo del Gallo hemos de lamentar su total desaparición.



Junto a los Grupos Escolares Nacionales, en 1924, el concejal Baltasar Lara (Presidente del Círculo Mercantil e Industrial de la ciudad) solicita la creación de una Escuela de Artes y Oficios “para divulgar entre los obreros los conocimientos científicos sobre industrias y artes manuales y darles enseñanzas para el ejercicio de algunas profesiones”, como el medio más aconsejable para fomentar el progreso y el desarrollo industrial de la ciudad. Así, el centro se funda por Real Orden de 28 de septiembre de 1927, comenzando las clases en el mes de diciembre de ese mismo año en las dependencias de las antiguas Casas Consistoriales (que serían rehabilitadas para tal fin). Resultando insuficiente años después ante la gran demanda de alumnos, en 1954 se acuerda ceder al Ministerio de Educación Nacional el antiguo Cuartel de San Andrés para construir un nuevo edificio para instalar la Escuela de Artes y Oficios y la Elemental de Trabajo. Sin embargo, en 1968 se trasladan las aulas a su nueva sede en la Casa de las Torres (empleándose posteriormente el antiguo edificio para ubicar el I.E.S. “Francisco de los Cobos”).


Por su parte, en diciembre de 1932, el concejal Tito Molina lanza la idea sobre la conveniencia que reportaría para Úbeda la creación de un Instituto de Educación Secundaria, que atendería a la población de la ciudad y demás municipios de la comarca. La idea fue acogida con simpatía e interés. Sin embargo, las gestiones llevadas a cabo por el alcalde Baltasar López ante el Ministerio de Instrucción Pública caen en saco roto. Habrá que esperar hasta la década de los 60 para que se funde el Instituto de Bachillerato “San Juan de la Cruz”, construidos en los antiguos terrenos municipales de la Explanada. Años más tarde, el centro se complementaría con la fundación de los institutos “Francisco de los Cobos” y “Los Cerros”.
A mediados del siglo XX se fundarían nuevos centros, como serían el de la “Sagrada Familia” (1941) vinculado a los jesuitas, el Colegio “Santo Domingo Savio” perteneciente a los Salesianos (1957) y “La Milagrosa” de las Hermanas de la Caridad (1965). No son los únicos que se crean por esta época, pudiendo citar también los colegios “Virgen de Guadalupe”, “Matemático Gallego Díaz”, “Juan Pasquau”…
En la actualidad, la oferta educativa en Úbeda es amplia y variada, mucho más si tenemos en cuenta los avatares históricos que ha tenido en nuestra ciudad. Pero, no por ello debemos dejar de luchar por ella, pues el futuro de las próximas generaciones de ubetenses depende de su buena y adecuada formación académica.