¿Porqué San
Lorenzo? Porque San Lorenzo es Úbeda…
Quizás para
algunos sólo sea un montón de piedras recubierto con un manto de hiedra seca
pero, para muchos otros, la iglesia de San Lorenzo es algo más… Se trata de un
símbolo, pues representa a esa “otra” Úbeda monumental, es decir, la Úbeda
olvidada, machacada y mutilada que intenta sobrevivir a pesar de todo.
La iglesia
de San Lorenzo es, por sí sola, un resumen de la historia de Úbeda: construido el
templo a partir del siglo XIII sobre la muralla musulmana, y adosada a una de
las puertas del circuito amurallado (la conocida Puerta de San Lorenzo o San
Llorente, que conectaba con la cercana Puerta de Granada), se trataría de una
sencilla fábrica mudéjar, con una nave única cubierta con techumbre de madera a
la que, durante el Renacimiento, se realizarían una serie de mejoras:
construcción de portadas y espadaña, coro alto, capillas funerarias al
interior, etc. También el Barroco dejaría su huella en el templo, pues en esta
época se reformaría su capilla mayor al disponer una ornamentada cúpula, así
como el abovedado general del edificio, ocultando la humilde fábrica medieval.
En el siglo
XIX, con su supresión como parroquia, comenzaría el expolio del templo, pasando
muchos de sus bienes a la iglesia de Santa María (las campanas, las cajoneras
de la sacristía, la pila bautismal…). Pese a todo, la iglesia seguiría abierta
gracias al celo de sus vecinos, quienes acudirían allí para venerar las
reliquias y realizar sus cultos semanales. Sin embargo, tras la Guerra Civil el
templo cerraría definitivamente sus puertas, pasando a tener diversos usos:
alojamiento de familias gitanas, almacén de tronos, taller ocasional, etc.
Símbolo de esta
última etapa de olvido era su espadaña, cubierta por la hiedra plantada en los
años 50 por Francisca “La Campanera”, elemento vegetal que dotaba al templo de
una imagen romántica pero que, al fin y al cabo, era muestra del olvido humano
y de cómo la naturaleza se apodera del tiempo. La hiedra otorgaba belleza a
este rincón de Úbeda aunque paradójicamente perjudicaba y convenía al templo (pues
sus raíces afectaban a la espadaña, aunque a la vez la sujetaban y evitaban su
postrer fin).
Hace un par
de años, el Obispado de Jaén, legítimo y descuidado dueño del templo, obligado
por el Consistorio municipal, acometería una serie de intervenciones para
asegurar la fábrica. Esta intervención realizada con escasos criterios
científicos fue nefasta, pues apenas convino a la mejora de la conservación del
templo e incluso supondría la pérdida de uno de los rincones más bellos de la
ciudad, al secarse definitivamente la hiedra.
En las últimas
semanas el tema de la recuperación de San Lorenzo ha resurgido con fuerza por
el esfuerzo de algunos ubetenses cansados del abandono del edificio y del
‘pasotismo’ de sus dueños. Con todo, ¿qué es lo que se pide?
1.
Exigimos que el Obispado de Jaén, atendiendo a la
legislación vigente, deje de poner excusas y responda a sus obligaciones,
interviniendo en el templo para lograr su correcta conservación.
2.
Si ello no fuera posible, solicitamos que el templo
sea cedido al Ayuntamiento de Úbeda para que éste proceda a su recuperación.
3.
La restauración del templo se realizará siguiendo
criterios internacionales, evitándose una reinvención histórica o pastiche
estilístico como ha sucedido en la iglesia de Santa María de los Reales Alcázares.
4.
El fin último es recuperar el templo para que sea
disfrutado por la ciudadanía, otorgándole actividades y funciones que marquen
una nueva etapa en la historia del inmueble. Consecuencia de la recuperación del templo
será la revalorización del entorno monumental, degradado en los últimos años.
Úbeda, 10 de agosto de 2012
2 comentarios:
ya, guay... y eso quien lo paga?
¿porqué una doble vara de medir?
Si un ciudadano de a pie tiene un edificio histórico (y más si está catalogado), el Estado le obliga a conservalo en el mejor estado posible... pagando de su bolsillo la intervención, o bien interviniendo el Ayuntamiento y pasándole la factura al dueño del edificio.
El Obispado tiene la misma obligación. Si no puede o no quiere costearlo, que haga una permuta con el Ayuntamiento que seguro que estará interesado... y sobre cómo pagarlo, existen subvenciones de la Junta de Andalucía, Ministerio de Cultura, Unión Europea... habrá que moverse, no?
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